Hoy en día, las sociedades han avanzado mucho más hacia un reconocimiento de las distintas identidades sexuales. Esto ha llevado a que se comprenda no solamente que la homosexualidad no es algo marginal y de pocas personas sino que, además, a comprendr que existen muchas identidades sexuales que merecen ser reconocidas, nombradas y respetadas y que tienen sus propias características. En este sentido, la bisexualidad y la pansexualidad representan un desafío a la heteronormatividad y al concepto de monosexualidad que sostiene que la atracción, en todas las personas, es hacia un sólo género, independientemente de cuál sea este.
La atracción en la bisexualidad y la pansexualidad
Lo primero que podemos decir, para entender estos conceptos, es que la persona bisexual siente atracción tanto ahcia el género masculino como hacia el género femenino, pudiendo vincularse con personas de cualquiera de los dos géneros. Por su parte, las personas pansexuales son personas que pueden sentir atracción hacia otros, independientemente de su identidad de género, pudiendo sentirse atraídos por todas las identidades, tanto binarias como no binarias, cis, trans, etcétera.
La identidad, la bisexualidad y la pansexualidad
Siguiendo lo mencionado con anterioridad, se puede afirmar que las personas bisexuales y pansexuales no se rigen necesariamente por una concepción binaria del género en lo que respecta a su atracción. Esto se enfatiza en el caso de la pansexualidad, donde la atracción puede ser a personas tanto cis como trans o no binarias. Si bien la forma de entender este concepto va a depender de cada persona en particular, ya que la pansexualidad es algo mucho más abierto que habilita la autodefinición y la experiencia personal de la sexualidad, se suele definir a la pansexualidad como una identidad a la vez que una orientación sexual. Es decir que, las personas que son pansexuales, en ocasiones, son personas que, además de sentirse atraídas por otras personas independientemente de su género y su orientación, también su propia identidad de género puede pertenecer a cualquier categoría o identificación.
Nombrar sin reducir
Existen diversas corrientes respecto de la necesidad o no de definir estas orientaciones a través de etiquetas. Por un lado, se sostiene la necesidad de nombrar las orientaciones sexuales de esta índole para su reconocimiento social y su consecuente respeto, como una forma de afirmar la existencia de otras posibilidades y construir el respeto por quienes se salen de los márgenes del binarismo.
No obstante, por otro lado, se enfatiza la necesidad de comprender que las etiquetas no son fijas y que, si bien se suele pensar a la pansexualidad ocmo una variación del espectro bisexual, también se defiende la posibilidad de comprender que ninguna de estas categorías se sostiene igual en todas las personas. La pansexualidad y la bisexualidad, como las demás orientaciones sexuales, dependen de la definición que la persona haga sobre sí misma, su identidad de género y su sexualidad. Se debe respetar el derecho a la identificación y también a la necesidad de vivir, en muchos casos, sin etiquetas.