De acuerdo al proyecto ADIM que es impulsado por los Gobiernos de España y Portugal, como así también por la Universidad Complutense de Madrid, el 72% de las personas LGTBIQ tiende a volver al “armario” en sus lugares de trabajo cada día. Al mismo tiempo, el 55% de las personas del colectivo con hijos e hijas se sienten cómodas hablando al respecto, lo que da cuenta de una amplia diferencia entre quienes sienten que pueden manifestarse cómodamente en el ámbito privado y en el lugar de trabajo.
Asimismo, se destaca que el 26% de las personas LGTBIQ declara no ser visible frente a ninguno de sus compañeros de trabajo o de sus jefes o superiores. También, el 24% reconoce que uno de los principales motivos que los lleva a permanecer en silencio respecto de su identidad y orientación de género es no querer que cambie la valoración profesional que se hace de ellos.
El surgimiento de REDI para la inclusión en el trabajo
En este escenario y con el objetivo de apoyar a la comunidad LGTBIQ en su introducción al mercado laboral y su valoración en el mismo, en 2015 se creó en España la Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGBTI (REDI). Se trató de la primera red interempresarial y de expertos en materia de diversidad y de inclusión de los empleados/as LGTBIQ y aliados/as en España.
La Red fue creada bajo inspiración en iniciativas similares que se habían visto a nivel internacional. En febrero de 2018 logró tener forma jurídica como asociación sin ánimo de lucro. Desde entonces, pasaron de ser 12 las empresas que la conformaban, a más de 100 que son en la actualidad.
Importancia de las redes de apoyo
Muchas empresas que forman parte de REDI dan cuenta de haber descubierto que no pueden vivir de espaldas a sus empleados y a las realidades de cada uno de ellos. Por eso, han decidido llevar a cabo políticas propias de inclusión orientadas a sus trabajadores. Son iniciativas dedicadas a la diversidad en el sentido más amplio que va desde la religión y la raza hasta, por supuesto, la orientación sexual.
Un ejemplo interesante es el de Seat, una empresa que comenzó con políticas de inclusión mucho antes de la creación de la red, en el año 2012. Lo que hizo fue activar una política de igualdad y una Comisión de Igualdad orientada a hacer seguimiento y mejorar los procesos y políticas, siempre con representación de los trabajadores y de la empresa en general. Además, la empresa activó hace tiempo un protocolo contra la violencia de género, que también era una iniciativa pionera.