Cuando hablamos de Queer, estamos haciendo referencia a un neologismo de un significado muy amplio. Se utiliza, por lo general, para nombrar a aquellas personas cuya concepción de sí mismas rechaza las definiciones sexuales tradicionales (es decir, lo femenino o lo masculino) y que, por lo tanto, podrían habitar una categoría intermedia o ambas categorías a la vez.
Por lo general, el término queer se utiliza como un “paraguas” para ubicar a aquellas identidades de género o sexualidades que rechazan las consideraciones tradicionales. Recupera su significado anglosajón de “extraño”. Esto, debido a que es un término que surgió en la lengua inglesa de forma peyorativa para referirse a las personas homosexuales, especialmente a los masculinos. No obstante, en los años 20 y 30, fue adoptado por distintos grupos de militancia homosexual para visibilizarse.
Posteriormente, pasó a tener un sentido nuevo a partir de los años 90, en el marco de la lucha por medidas de salud pública que fueran más inclusivas para la población homosexual que estaba siendo especialmente afectada por la epidemia del VIH/sida.
Queer y no binario ¿es lo mismo?
La respuesta inicial es que no. Si bien todavía es difícil encontrar una definición de Queer que sea universalmente aceptada, se suele usar el término para identificar una orientación sexual que está libre de binarismos como “hombre-mujer” o “trans-cis”. Por eso, se puede decir que una de las acepciones aceptadas refiere a que una persona queer es aquella que se siente atraída por cualquier persona independientemente del género, o puede significar que es una persona que no encuentra una categoría fija para definir su sexualidad.
Por el contrario, no binario es un témrino que se usa para definir a una persona que no percibe su identidad de género ni como hombre ni como mujer, sino de otra manera. Es decir, es un término no vinculado a la orientación sexual, sino que está relacionado a la identidad de género.
Hablemos de teoría Queer
Entendiendo lo anterior, la teoría Queer es un campo de la teoría crítica que surgió en la década de 1990. Su principal cometido fue el de cuestionar ciertas visiones culturales consideradas como esencialistas, discriminatorias o reduccionistas respecto de la sexodivergencia. Por eso, la teoría queer es un abordaje social y político de la sexualidad de los seres humanos. Rechaza la existencia de categorías fijas o procura desmontarlas, apostando por una visión más dúctil y maleable de dicha sexualidad.
La primera persona en acuñar el término teoría queer fue la teórica feminista italiana Teresa de Lauretis. Después, el mismo fue adoptado por otros pensadores como Paul B. Preciado, Judith Butler y Gloria Anzaldúa. Es una concepción que tiene raíces teóricas también en pensadores como Monique Wittig y Michel Foucault.
Evolución
La principal diferencia que se da entre el movimiento Queer y el movimiento LGBTI es que el primero no ha tenido precedente en el siglo XIX. Esto fue lo que llevó a las personas militantes LGBTI a tener que elegir un modelo para su nuevo movimiento. Un punto interesante en esto fue el gran éxito de los movimientos de negros norteamericanos, lo que se tomó como inspiración.
Algo a tener en cuenta es que las personas queers suelen sentirse más próximas al movimiento LGBTI que al movimiento feminista. Sin embargo, al igual que este último, generan acciones y activismo para producir cambios en la legislación de los diversos países, a fin de lograr mejores condiciones de vida y, también, promover un gran cambio cultural en la sociedad.
Si bien hoy en día siguen existiendo grandes dudas respecto de la definición como queer, a la vez que hay discusiones al interior de los diversos movimientos acerca de qué términos adoptar, la teoría queer sigue creciendo en todo el mundo, con interesantes referentes.