Las agresiones homofóbicas no sólo no son algo nuevo sino que siguen lejos de erradicarse. Distinto a lo que podría pensarse, pese a ver ciertos avances en materia de derechos y reconocimientos en el mundo, la realidad de las personas LGTBI sigue siendo compleja y distinta. Una de las causas de ello es lo que identificamos como delitos de odio.
En julio de 2021, Samuel era asesinado a golpes al grito de “maricón”. Este caso volvió a poner sobre el tapete la importancia de hablar de estos delitos y de reconocerlos como delitos de odio a la identidad de género y la orientación sexual. El entorno de Samuel explicaba que, en esa madrugada del sábado, lo que habría motivado a las 13 personas que asesinaron a Samuel fue su propia orientación sexual.
Un caso de muchos
Pero el caso de Samuel no fue el único de estas características sucedido en España. Antes, en 2018, habíamos visto el caso de Francisco y Fernando, que fueron hallados muertos en su casa de Valencia.
Un dato que genera preocupación tiene que ver con que el número de agresiones vinculadas a delitos de odio es algo que lleva varios años creciendo en España. De acuerdo al Portal Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior, entre los años 2013 y 2019, estos delitos aumentaron un 45%. Además, se vio un crecimiento de los delitos impulsados por xenofobia, racismo e ideología.
Según indica El Confidencial, la presidenta de la asociación de policías LGTBIPol, Bergoña Gallego:
“Es exagerado lo que estamos viendo. Cada vez hay más agresiones, hemos retrocedido 10 años desde que ciertos partidos tienen más presencia en la política (…) Ahora quieren quitar derechos LGTBI y eso fomenta el cabreo entre la gente y que pasen estas cosas”.
Con esta percepción adhieren desde la FELGTB, pese a la falta de datos recientes oficiales. Lo que se ha observado es una mayor escala en la intensidad de la violencia, pese a que sea difícil de determinar sin la recopilación de los datos.
Las razones de la violencia
“Cuando sale Rocío Monasterio a decir que el orgullo es una caricatura denigrante, o Santiago Abascal alegando que las charlas de diversidad sexual están más cerca de la pedofilia que de la educación, al final están señalando a un colectivo. Esos discursos generan un clima que hace aumentar esas agresiones” sostuvo en entrevista con El Confidencial Ignacio Paredero, secretario de la FELGTB.
Otro aspecto que ha señalado, pensando especialmente en el caso de Samuel, es cómo estas agresiones han sucedido para las fechas del Orgullo Gay. Se considera que esto tiene que ver especialmente con que la visibilidad y el orgullo molestan y que esta expresión genera, en los casos más reaccionarios, una respuesta desde el odio y el enojo que desemboca en distintos tipos de violencia, desde la física hasta la verbal, el acoso, la discriminación física y el alejamiento. Se estima, a su vez, que la mayor parte de los casos sucede en las personas de entre 19 y 35 años.