La pandemia del coronavirus ha dejado a la luz una gran cantidad de desigualdades. Ha demostrado quiénes son las poblaciones más golpeadas y con sus derechos humanos más vulnerados. En este sentido, la comunidad LGBTI se compone de persona que, en general, se están viendo fuertemente afectadas por la situación sanitaria y el confinamiento.
Violencia por identidad de género u orientación sexual
Muchas son las problemáticas que están viviendo las personas LGBTI en este contexto de pandemia. Una de ellas tiene que ver con la sobreexposición a situaciones de violencia, rechazo o discriminación por orientación sexual o identidad de género.
En este caso, se hace referencia a una situación sufrida especialmente por las personas LGBTI jóvenes que viven con familias que no aceptan o violentan – en el peor de los casos – su identidad de género o su orientación sexual. Al encontrarse confinadas al hogar para reducir los contagios, los jóvenes se ven más expuestos que antes a estas situaciones de intolerancia. Además, se ven obligados a permanecer lejos de sus vínculos saludables, como pueden ser amistades, otros familiares, instituciones de resguardo, espacios de activismo, entre otros. La violencia que muchos jóvenes están viviendo en los hogares y que se ha visto agravada con esta situación, es algo que preocupa a las organizaciones promotoras de sus derechos.
Vejez LGBTI y confinamiento
Otra de las problemáticas que ha preocupado especialmente a los colectivos LGBTI tiene que ver con la soledad de las personas mayores que forman parte de él. En este sentido, es de común conocimiento que, a nivel mundial, las personas mayores tienden a estar más expuestas que otras generaciones a permanecer solas. No obstante, esto se agrava en quienes pertenecen al colectivo LGBTI, dado que más del 50% de estos adultos mayores viven en soledad.
El confinamiento, como método para reducir los contagios del nuevo coronavirus, ha llevado a que la soledad de estas personas empeore. No solamente las visitas y traslados están restringidas, sino que, además, las restricciones son mayores para este grupo puesto a que es el grupo de mayor riesgo de vida ante el Covid-19.
Aislamiento social
Muchos de los derechos de las personas LGBTI se están viendo vulnerados en este contexto, tanto por violencia ejercida hacia ellas como por falta de recursos. Pero, además, el confinamiento y el aislamiento social han reducido las posibilidades de manifestarse en este sentido. Las calles como epicentro de la protesta y de la conquista de derechos se ha suspendido momentáneamente, reduciendo oportunidades y afectando negativamente las posibilidades de hacer oír los reclamos.
Personas trans
La población trans es la más afectada por esta pandemia. Para quienes se desempeñan en la prostitución, en muchos casos se ha visto reducida o directamente eliminada la fuente de ingresos como consecuencia del confinamiento. En otros, no están garantizadas las condiciones de seguridad y protección.
Se trata también de una población que continúa sufriendo episodios de maltrato, violencia y discriminación por género. Esto las lleva a ser rechazadas por sus familias, expulsadas de hogares y discriminadas en espacios de trabajo.
Acoso escolar
La FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales) ha alertado que las situaciones de acoso y LGTBIfobia continúan dándose pese al confinamiento en los espacios escolares. El hecho de que el campo educativo se haya trasladado a las plataformas virtuales no ha modificado esta situación, sino que ha generado nuevos canales a través de los cuales puede producirse. En este sentido, José Luis Ferrándiz, coordinador del grupo de Educación de la FELGTB, ha indicado que el acoso que antes estaba en el patio del colegio, se encuentra ahora en Instagram.
El ciberacoso es una realidad de la que se advierte desde hace tiempo. No obstante, el confinamiento lo ha aumentado. Para los jóvenes, niños y adolescentes de la comunidad LGBTI, este se ha convertido en una forma de renovar los modos de violencia anteriormente sufridos en la presencialidad el ámbito escolar.
José Luis Ferrándiz explica en FELGTB que:
“No disponemos de cifras sobre el ciberacoso a adolescentes, pero FELGTB ha participado en la elaboración de una encuesta entre la población LGTBI de varios países de la Unión Europea y sus resultados reflejan que el 66% de las personas participantes ha sufrido algún tipo de agresión LGTBIfóbica a través de las redes en los últimos 5 años, lo que nos permite hacernos una idea de lo habitual que es este tipo de violencia en el mundo virtual. (…) no debemos demonizar las redes sociales que son unos buenísimos agentes socializadores, pero es imprescindible que tanto el profesorado, como las familias y el resto del alumnado estén alerta para prevenir, detectar y denunciar este tipo de comportamientos violentos”. “No debemos normalizar estas agresiones. Hay que actuar en cuanto se producen porque si no, el acoso se irá viralizando y crecerá exponencialmente.”